
Para evitar la respuesta elusiva -del “depende”-, partamos reconociendo que hay al menos una respuesta simple (no por fácil) y una compleja (no por difícil, sino porque abarca aspectos que no se pueden recoger desde una única perspectiva).
La respuesta simple es que esta consulta es una oportunidad para que la población decida si el Estado ecuatoriano debe continuar o no explotando las reservas de petróleo que hay debajo del Bloque ITT del Parque Nacional Yasuní. La respuesta compleja es que la Consulta no se trata solamente de la respuesta simple, sino, sobre todo, de lo que esta simple pregunta ha generado. Tanto las posturas contrarias como las diferentes cifras que han emergido para explicar en qué consiste esta consulta son parte de la respuesta compleja. Todas ellas, que constituyen ideas en disputa, nos dicen algo de los intereses y aspiraciones de los diferentes sectores de la sociedad ecuatoriana.
Pongamos como ejemplo lo que se ha dicho sobre el escenario en el que la mayoría de la población apoye detener la explotación petrolera en el Bloque ITT. Hay un sector que advierte que esto pondría en juego la dolarización, otro que habla de una considerable afectación al presupuesto del Estado y otro que plantea que esto equivaldría al principio del fin del modelo extractivista. El juego de intereses y las aspiraciones contrapuestas que subyacen a estas afirmaciones también nos dicen algo de la Consulta.
Por supuesto, cualquier opinión informada con datos opera como una suerte de brújula, pero, quizás, este caso sea un buen ejemplo para comprender que la expresión “dato mata relato” en realidad es una forma de decir “relato con dato mata relato”, ya que como se ha visto en este debate, las cifras cumplen el rol de legitimar una u otra postura. Así que hablar de argumentos con cifras es fundamental, pero también lo es preguntarnos que sectores de la población se benefician con uno u otro relato -con cifras-[1].
Intereses y aspiraciones
Los economistas cercanos a los grandes grupos económicos, las cámaras de comercio e industrias y los sectores empresariales vienen insistiendo que, si la población ecuatoriana decide detener la explotación del Bloque ITT, se afectará el presupuesto general del Estado. Uno de ellos incluso dijo en un programa televisivo, sin muchos argumentos, que esta caída en la generación de dólares por la explotación petrolera podría ocasionar que se ponga en riesgo el esquema de la dolarización.
Para este sector la postura “sensata” es apoyar el no. Pero, en caso de que la mayoría de la población se pronuncie por el sí, advierten que se debería eliminar los subsidios a los combustibles. Aquí viene la lectura de economía política. Lo que estos sectores están haciendo es preparar el terreno para la subida de combustibles porque una parte poderosa del sector empresarial es el sector importador, en este caso, el importador de hidrocarburos (que ha crecido mucho en los años recientes). Al brindar esta alternativa[2][3], también evitan que se traslade a estos sectores, los más poderosos de la población, el costo de dejar el petróleo del Bloque ITT bajo tierra.
Los colectivos y asociaciones ambientalistas y ecologistas cercanas a organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales y otros sectores de la sociedad civil plantean que, si la población ecuatoriana se pronuncia a favor de dejar el petróleo debajo del Bloque ITT, se protegerá la vida en uno de los lugares más biodiversos del planeta, además de los derechos de los pueblos en aislamiento voluntario. Más aún, el rol simbólico de esta decisión sería mandar un fuerte mensaje a la comunidad internacional mientras que en el ámbito nacional se abriría la puerta a discutir el modelo económico extractivista del país. Como alternativa a los ingresos petroleros netos que el Estado dejaría de percibir en este escenario, plantean aumentar la recaudación tributaria a los grandes grupos económicos. Y para dinamizar la economía de las poblaciones aledañas al Bloque ITT proponen potenciar el turismo comunitario y científico.
Hacer una lectura de los intereses y las aspiraciones en juego en esta postura aboca pensar en lo nacional e internacional.
En el juego de intereses nacional, mejorar la recaudación tributaria porque genera más ingresos para el Estado -y por ende es más beneficiosa- que los ingresos netos de seguir explotando el petróleo del Yasuní ITT, realmente no es una alternativa. Esto debería hacerse aun cuando la mayor parte de la población del país se pronuncie por el no.
Mejorar la recaudación tributaria es una obligación para el próximo Gobierno independientemente de lo que pase con la Consulta porque en la situación actual, el Estado necesita financiamiento para enfrentar una de las mayores crisis sociales de su historia.
De hecho, cuando los economistas (y otros voceros) cercanos a los sectores empresariales se oponen a la Consulta, lo que están haciendo es prevenir que se genere un escenario en que ganen legitimidad las medidas que sirvan para trasladarles los costos a los sectores más poderosos, tal como cobrarles los impuestos que deben pagar[4]. Esta es otra razón por la que mejorar la recaudación tributaria no puede ser una medida instrumentalizada en función de los resultados de la consulta. Debe ser una medida urgente e ineludible.
En el juego de intereses internacional, los recursos naturales del Bloque ITT se inscriben en las relaciones de poder del Norte y el Sur Globales, así como en el marco de la gobernanza mundial del cambio climático. Para gran parte del Norte Global, nuestra región no es más que una fuente de recursos. Además, las políticas energéticas aceptadas (e impulsadas) por las empresas transnacionales y gobiernos alrededor del mundo son las llamadas ‘soluciones de mercado’. Así, financiar la protección ambiental de un determinado ecosistema (mediante instrumentos financieros), realmente sirve para poder legitimar la contaminación en otro lugar del mundo, como recoge Adrienne Buller (2022)[5] en su crítica a las ilusiones del capitalismo verde.
Implicaciones en el debate político nacional
En este contexto, Ecuador va a necesitar recursos en el futuro inmediato para proteger la vida en el Bloque ITT, independientemente de los resultados de la Consulta. Pensar en cómo nos vamos a insertar en esta dinámica global no se limita a darle un valor monetario a la vida, sino en planificar como nuestro sistema puede sustentar la vida. Esto último, nos trae de vuelta al ámbito nacional para discutir sobre las posibilidades y expectativas de un modelo post extractivista en Ecuador.
Si lo que aportaría el Bloque ITT es proporcionalmente poco significativo en relación con el presupuesto general del Estado, o incluso sólo de los ingresos petroleros del Estado, ¿realmente no explotar el Bloque ITT va a propiciar que Ecuador disminuya tanto su dependencia de la explotación petrolera como para que necesite construir un modelo distinto?
La transición energética en la economía mundial requiere ingentes cantidades de recursos. De hecho, para un país pequeño con una economía primario exportadora el desafío es aún mayor, no sólo por la necesidad de recursos, sino porque en otros países, esta transición es posible porque el Estado (el Estado innovador del que habla Mazzucato) ha potenciado las industrias no extractivas por décadas mediante políticas y financiamiento que ha servido de apalancamiento para que los sectores privados desarrollen negocios. En Ecuador, a lo largo de su historia, salvo muy pocos intersticios, las élites y los sectores financieros/empresariales ni han invertido en ese tipo de industrias, ni han permitido que el Estado se involucre en construir este tipo de capacidades y condiciones. Esto me lleva al último punto que es esbozar algunas ideas, en el plano de lo político (la Consulta también tiene que ver con política).
Horizontes
Buller (2022) plantea que una paradoja en el mundo actual es que las preocupaciones ambientalistas y ecologistas están cada vez más presentes en la opinión pública (es decir hay más consciencia del calentamiento global o el cambio climático), mientras que, a la vez, las políticas nacionales/globales de los Estados siguen siendo pocas e inefectivas. Esto nos habla de un punta de lanza en la politización de las sociedades. En Ecuador, es razonable plantear que quienes mayormente han impulsado y militado el ambientalismo y ecologismo, son sectores juveniles y poblaciones indígenas. Con la Consulta, estos sectores ganan legitimidad. Si gana la Consulta, su presencia en el debate político nacional tendrá mayor peso.
Entonces, la Consulta también implica preguntarse ¿Cómo las causas ambientalistas y ecologistas serán incorporadas al núcleo del neoliberalismo progresista o, en su defecto, a la construcción de un proyecto popular (pluri)nacional? Por un lado, lo primero involucra la atomización de las demandas poniendo énfasis en las responsabilidades de los individuos para enfrentar el cambio climático. Por otro, lo segundo conjuga el sentido de la famosa frase del sindicalista y ambientalista brasilero Chico Mendes[6] con la centralidad de la soberanía en el capitalismo financiarizado contemporáneo.
Hay diferentes condiciones en las que el debate político en Ecuador podría incorporar al ambientalismo y ecologismo. Una de ellas -aquí confieso que concluye el análisis y sigo con la política en su forma más creadora-, es aprender del camino de las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo. Luego de los horrores de la dictadura, ellas tuvieron por derecho toda la legitimidad para que su lucha se quede sólo en su lucha: exigir que aparezcan sus hijas, hijos, nietas y nietos. Aun así, siempre lucharon sin dejar de ser solidarias con otras causas y otros proyectos políticos, militaron en contra de los recortes del neoliberalismo, pero también a favor de los derechos sociales y la justicia. Y eso, eso hizo que su lucha sea ya no sólo su lucha, sino la lucha de toda una sociedad.
[1] Si nos quedamos discutiendo las cifras, contrastaríamos la afirmación del economista ecologista Carlos Larrea con una operación de la compañía petrolera rusa Rosneft. El primero afirma que la perforación horizontal petrolera más larga que se puede hacer en el mundo con la tecnología actual es de 8km, la segunda recoge en su sitio web que posee el récord mundial de la perforación del pozo más largo del mundo con 15Km que va desde la plataforma de Orlan al campo de Chaivo en el mar de Okhotsk: https://shorturl.at/jACIZ
[2] En política, lo programático, es decir lo que se plantea que hay que hacer, refleja con mayor claridad los intereses en juego. En la oposición a algo, pueden confluir distintos intereses contradictorios entre sí.
[3] Esto da paso a las alternativas que plantean otros sectores y porqué realmente no son alternativas.
[4] Claro que hay que cobrarles los impuestos. Incluso, en una crisis tan grave como la que vivimos, son esos sectores los que deberían sostener los mayores costos. Por ejemplo, para financiar las políticas de seguridad del Estado, se podría generar un impuesto especial a las ganancias extraordinarias del sector financiero en los últimos años.
[6] “El ambientalismo sin lucha de clases es simplemente jardinería.”
