Grupo de Trabajo Remesas e Inclusión Financiera (Giselle Lozano, Karla Roca, Xavier López, Walter Soriano, Francisco Racines, Jorge Acosta A. y Fredy Trujillo)
El aumento sostenido del dinero que envían los migrantes que laboran en el extranjero, a familiares y a amigos radicados en su país de origen, está convirtiendo a las «remesas» en el principal flujo financiero que disponen muchas economías nacionales para ejecutar planes de desarrollo y promover nuevas inversiones (Vasile, Bunduchi, et al. 2023). Según datos del Banco Mundial (BM), a partir de 2016, las «remesas» se han convertido en la principal fuente financiera para los países de ingresos bajos y medios, excluyendo China (Gráfico 1).

La creciente importancia que están adquiriendo las remesas, también se evidencia en las economías de América del Sur. En 2022, el dinero movilizado en el mundo, a través de la figura de las «remesas», alcanzó los 831 mil millones de dólares. El 3,3% de este monto, es decir, un poco más de 27 mil millones de dólares, fueron direccionados a las economías de América del Sur (Gráfico 2).

En el caso ecuatoriano, los flujos financieros que generan las remesas que envían los migrantes al Ecuador adquieren una relevancia particular, dada la poca capacidad que el sector empresarial ha mostrado y viene mostrando para captar inversión extranjera directa (IED). Como puede observarse en el Gráfico 3, la estrategia de crecimiento económico del Ecuador, sólo excepcionalmente, ha logrado atraer montos de inversión extranjera directa superiores a los mil millones de dólares anuales, pudiendo constatarse que, entre 2000 y 2020, el promedio anual de IED se sitúa en los 756 millones de dólares.

En contraste, los flujos de remesas que envían los migrantes al Ecuador se ubican, actualmente, en los 4.700 millones de dólares, representando aproximadamente el 4,1 % del PIB nominal y el 74 % de las reservas internacionales que, al mes de agosto, fueron de 6.358 millones de dólares (BCE, 2023). Sin embargo, gran parte de estos recursos entran a la economía a través del sistema financiero nacional y vuelven a salir al exterior por acción del mismo sector bancario-financiero con lo que no sólo no están siendo utilizados debidamente para financiar el desarrollo, tan venido a menos en los últimos años, sino que tal acción pone en riesgo la propia vigencia de la dolarización.
El hecho que el Estado y específicamente las administraciones de Moreno y de Lasso no hayan tenido políticas públicas que aseguren una adecuada gestión de las remesas y de su impacto en el desarrollo nacional, de por sí, es por demás cuestionable; pero se agrava aún más, si se considera el crecimiento acelerado de la deuda externa que cada vez se encarece si consideramos el elevado «riesgo país» que ha alcanzado el umbral de 2000 puntos, como efecto de la estrategia neoliberal criolla de “crecimiento económico” aplicada a partir de 2017, cuyos resultados se evidencian en la nula credibilidad de los mercados internacionales. El Ecuador ha debido utilizar al límite sus fuentes de crédito de los organismos multilaterales (FMI, BM, BID, etc.), al tiempo que fue ubicado como el segundo país más riesgoso de América Latina. La poca confianza hace que el acceso al mercado financiero internacional sea costoso y limitado.
Pese a la austeridad, venida de la incapacidad y de una errada política económica, el gobierno saliente de Lasso dejaría para el próximo año un abultado déficit fiscal mayor a 5 mil millones dólares, y una deuda externa que, al 2022, alcanzó los 80.880 millones de dólares (Flores, 08/03/2023). Por lo que es evidente que, el nuevo gobierno de transición, y los subsiguientes, de no reorientar la política económica, enfrentarán serios y desbordados problemas de financiamiento. Las condiciones están para que al próximo gobierno le estalle en las manos la bomba de los errores económicos deliberados de la actual administración y de la anterior.
En este complejo y delicado escenario, promover el diseño de una política pública, orientada a garantizar un manejo inteligente de las remesas que envían nuestros hermanos migrantes, constituye una necesidad ineludible para apuntalar un proceso de desarrollo que reconstruya desde abajo tejido social y productivo, y que, entre otras cosas, apoye a mejorar las condiciones de vida de nuestros migrantes y las de sus familias.
En el Ecuador, el Gobierno de la Revolución Ciudadana (RC) visibilizó y reconoció el aporte de los migrantes a la economía y trabajó para garantizar sus derechos. Dignificó y amplió los servicios consulares, en casos como la crisis hipotecaria española del 2013, brindó servicios legales contra los desahucios que afectaban a la población ecuatoriana. Implementó el programa «Bienvenidos a casa» (SENAMI, 2008) y el «Fondo Cucayo» para facilitar su retorno, considerando apoyos y facilidades, así como recursos para emprendimiento en el país.
El modelo económico implementado, social y redistributivo -invirtiendo en obra pública, en servicios de educación, salud y seguridad- determinó que la población no solo deje de emigrar, sino que un gran número de nuestros migrantes decidieran retornar al país. Situación contraria experimentamos en la actualidad: especificamente las remesas han debido cubrir parte de la inversión que debió hacer el Estado por norma constitucional en educación, salud y seguridad de la población, todo ello para garantizar la sobrevivencia de sus familiares en el país.
Sin duda, el desafío de los próximos gobiernos es profundizar esa política pública centrada en el acompañamiento, gestión e impacto de las remesas de nuestros migrantes; crear un entorno favorable para reducir costos transaccionales de las remesas, promover con esos recursos un portafolio de inversiones seguras y rentables en sectores estratégicos, en la economía y las finanzas populares y solidarias, a través de un sistema de garantías que minimice el riesgo; alianzas público privadas con base en instrumentos digitales como las FINTECH y la tecnología BLOCKCHAIN que disminuyan los costos y hagan más eficiente la canalización de recursos, democraticen las opciones de inversión, rentabilicen el ahorro de los migrantes y con ello promuevan la inclusión financiera y el desarrollo local, nacional, y porque no, sudamericano.
Bibliografía
BCE (2023). Información Estadistica Mensual, agosto https://contenido.bce.fin.ec/documentos/PublicacionesNotas/Catalogo/IEMensual/Indices/m2058082023.html
CEPAL (2023). La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. Santiago. Chile. Internet: https://www.cepal.org/es/publicaciones/48978-la-inversion-extranjera-directa-america-latina-caribe-2023
Defensoría del Pueblo Ecuador (s.f.). Ecuatorianas y ecuatorianos en España: Crisis hipotecaria y derechos humanos. Informe Temático. Quito. Ecuador. file:///Users/macbook/Downloads/IT-009-ECUATORIANOS%20Y%20ECUATORIANAS%20EN%20ESPANA%20CRISIS%20HIPOTECARIA.pdf
Flores, Marco (08/03/2023) en: X: @MARCOFLOREST
KNOMAD (2023). Internet: https://www.knomad.org/about-us
Moncayo, M.I. (2011) Tesis Migración y retorno en el Ecuador. https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/3629/1/TFLACSO-2011MIM.pdf
Vasile, V.; Bunduchi, E.; Stefan, D.; Comes C. A. (2023). International Labour Mobility: how remittances shape the labour migration model. Palgrave-MacMillan. Gewerbestrasse. Switzerlnad.
World Bank (2023). Remittances remain resilient but are slowing. Migration and Development Brief. 38. June. World Bank Group – KNOMAD. https://www.knomad.org/sites/default/files/publication-doc/migration_development_brief_38_june_2023_0.pdf
