A continuación presentamos la traducción de una carta abierta, publicada el día de ayer por la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), a la cual nos adherimos:
Los Estados Unidos de América y la Unión Europea deberían respaldar el Convenio Fiscal de las Naciones Unidas
NUEVA YORK – Esta semana será testigo, ya sea de un logro histórico en la creación de una economía global más equitativa, o de un terrible fracaso. Una votación en las Naciones Unidas decide si el futuro de la toma de decisiones globales sobre impuestos surgirá de la negociación de una convención marco genuinamente inclusiva, o si un grupo de países ricos insiste con éxito en mantener los actuales acuerdos ineficaces y excluyentes.
La importancia de la votación del miércoles refleja la urgencia de abordar la injusticia y la ineficiencia del actual sistema de impuestos corporativos y patrimoniales. También es un llamado de atención para que el mundo utilice principios multilaterales para alcanzar soluciones multilaterales. El éxito demostraría que el mundo puede forjar un multilateralismo diferente y mejor, verdaderamente inclusivo pero también capaz de implementar reformas fundamentales.
Casi una década de negociaciones multilaterales sobre un tratado fiscal global en la OCDE no ha producido avances suficientes. El proceso ha generado ideas innovadoras y una base técnica sobre la cual construir un sistema tributario global, pero el tipo de soluciones que el mundo necesita aún está lejos. Una investigación independiente muestra que la solución propuesta de “dos pilares” generaría mucho menos de lo que había proyectado la OCDE.
Decepcionados por el intenso proceso de la OCDE que ha dado tan poco resultado, varios países africanos lanzaron una iniciativa para trasladar el tema a las Naciones Unidas. La propuesta del Grupo Africano rápidamente obtuvo un apoyo impresionante de la coalición de países en desarrollo del G77, que ha estado exigiendo una participación justa en el establecimiento de normas fiscales globales durante más de dos décadas.
La cuestión que se decidirá esta semana es qué harán las economías ricas como Estados Unidos y la Unión Europea. Si se oponen a una convención marco vinculante de las Naciones Unidas (como han señalado que lo harán), estarán enviando el mensaje de que prefieren los actuales acuerdos ineficaces e injustos a la posibilidad de reformas que beneficiarían a su propio pueblo al frenar las pérdidas de ingresos que sus gobiernos sufren actualmente.
Sería un error pensar en una convención de la ONU sobre cooperación fiscal en términos de antagonismos entre instituciones internacionales. La propuesta del Grupo Africano, y el importante apoyo que ha obtenido del G77, demuestra que muchos países en desarrollo quieren mejorar el sistema multilateral sin dejar a nadie atrás. Bloquear la “Resolución sobre la promoción de una cooperación fiscal internacional inclusiva y eficaz en las Naciones Unidas” enviaría una peligrosa señal de que quienes más ruidosamente pregonan los beneficios de un orden internacional basado en reglas, en realidad no creen en uno.
Nosotros, los miembros de la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), creemos que la oposición a seguir adelante con las negociaciones para una convención específica en la ONU tendría consecuencias nefastas para todo el sistema internacional.
Es políticamente imprudente descartar un apoyo tan amplio a las negociaciones fiscales globales. Y es sencillamente miope desperdiciar esta oportunidad de frenar las pérdidas de ingresos que todos los países (incluidos los países ricos) y sus pueblos sufren debido al abuso fiscal desenfrenado.
Los Estados Unidos de América y la Unión Europea deberían reconsiderar su postura y respaldar la resolución del Grupo Africano.
Esta carta abierta está firmada conjuntamente por:
Edmund Valpy Knox Fitzgerald
Jayati Ghosh – Copresidente del ICRICT
Martin Guzmán
Kim Jacinto-Henares
Eva Joly
Ricardo Martner
Léonce Ndikumana
José Antonio Ocampo
Irene Ovonji-Odida
Thomas Piketty
Magdalena Sepúlveda
Joseph E. Stiglitz – Copresidente del ICRICT
Wayne Swan
Gabriel Zucman
