Desarrollo y producción, Economía política

La recesión en Ecuador y su impacto: Un análisis crítico

La recesión en Ecuador ha alcanzado un punto crítico, como lo confirma el más reciente informe del Banco Central del Ecuador (BCE) sobre el ciclo económico del primer trimestre de 2024. La economía del país ha experimentado una contracción del PIB del 0,4%, oficializando así la recesión. Esta caída no es un evento aislado, sino el resultado de una desaceleración que comenzó a gestarse en el tercer trimestre de 2022, reflejando una tendencia preocupante que se ha intensificado en los últimos trimestres. Este artículo busca ofrecer un análisis crítico del estado actual de la economía ecuatoriana, basado en un examen riguroso de los datos proporcionados por la Nota Técnica No. 86 del Banco Central del Ecuador.

El informe del BCE menciona un crecimiento del PIB del 1,2% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, este aparente crecimiento es engañoso y no refleja la realidad económica del país. Más bien, fue impulsado por factores atípicos, como la acumulación de inventarios por parte de las empresas y una significativa contracción del 33% en las importaciones, lo que señala una demanda interna debilitada. Este crecimiento, por tanto, no representa una mejora real en la actividad económica, sino más bien una reacción a circunstancias excepcionales que no son sostenibles a largo plazo.

Imágen tomada de Nota Técnica No. 86, Pág 24.

Para comprender mejor el contexto de esta recesión, es útil examinar el ciclo económico ecuatoriano a través del lente de la Nota Técnica No. 86 del BCE. Este documento ofrece un análisis detallado del ciclo económico utilizando varias técnicas de filtrado, como Hodrick-Prescott (HP) y Christiano-Fitzgerald (CF). Los autores del estudio encontraron que la economía ecuatoriana ha atravesado múltiples ciclos de auge y recesión desde el año 2000, con una duración promedio de 14 trimestres por ciclo, lo que equivale a aproximadamente 3,5 años. Esta característica es típica de economías dolarizadas, donde las fluctuaciones económicas tienden a ser menos pronunciadas pero más prolongadas debido a la rigidez en la política monetaria.

Imágen tomada de Nota Técnica No. 86, Pág 32.

El análisis revela que los períodos de expansión en Ecuador duran en promedio 8 trimestres (2 años), mientras que las contracciones tienden a extenderse por unos 7 trimestres (1,75 años). Estas cifras son indicativas de una economía que, aunque experimenta fases de crecimiento, también está sujeta a ciclos de contracción que pueden ser profundos y prolongados. La recesión iniciada en el tercer trimestre de 2022, identificada por el filtro Hodrick-Prescott de doble banda mejorado (HPM), es un ejemplo de esta tendencia, donde se observa una desaceleración del crecimiento que se ha intensificado en los trimestres siguientes. Este fenómeno es preocupante, ya que sugiere que la recesión actual no solo es grave, sino que podría tener efectos duraderos en la economía ecuatoriana. 

Imágen tomada de Nota Técnica No. 86, Pág 33.

El BCE, en su intento por proyectar un escenario de crecimiento, parece haber subestimado la gravedad de la recesión actual. Aunque se reportó un crecimiento del PIB, este fue impulsado por factores no sostenibles y no estuvo acompañado por una mejora en los componentes fundamentales del PIB, como el gasto gubernamental, las exportaciones, el consumo de los hogares y la formación bruta de capital fijo. De hecho, todos estos componentes registraron caídas interanuales significativas en el primer trimestre de 2024. El gasto gubernamental disminuyó un 0,3%, las exportaciones cayeron un 0,5%, el consumo de los hogares se redujo un 1,1% y la formación bruta de capital fijo descendió un 1,3%.

Internamente, la economía ecuatoriana enfrenta desafíos estructurales significativos. El desempleo ha aumentado considerablemente, mientras que el subempleo alcanzó niveles récord en mayo de 2024. Este incremento del subempleo es un reflejo directo de las políticas de austeridad implementadas desde 2019, las cuales han reducido drásticamente el gasto público y debilitado la capacidad del Estado para estimular la economía. Sectores estratégicos como la construcción y la manufactura han mostrado un crecimiento muy por debajo de su potencial, con incrementos inferiores al 5% en el primer trimestre de 2024. Esta falta de dinamismo en sectores clave es un indicador de que la recesión actual es tanto cíclica como estructural, exacerbada por decisiones de política económica que han fallado en revitalizar la economía.

Externamente, la economía ecuatoriana ha sido duramente golpeada por la pandemia de COVID-19 y la caída en los precios del petróleo. Las restricciones impuestas para controlar la propagación del virus tuvieron un impacto devastador en sectores clave como el turismo y la manufactura, con pérdidas económicas que ascendieron a más de 16 mil millones de dólares, equivalentes a una contracción del 6,4% del PIB en 2020. Estas pérdidas no solo representaron un golpe severo a la economía, sino que también han complicado los esfuerzos de recuperación en los años subsiguientes, haciendo que la recesión actual sea aún más difícil de superar.

El análisis del Presupuesto General del Estado (PGE) hasta mayo de 2024 muestra una preocupante disminución en la inversión pública, especialmente en la inversión en activos no financieros, que cayó un 68%. Esta disminución es particularmente alarmante, dado que la inversión en infraestructura y proyectos de desarrollo es crucial para el crecimiento económico sostenible. El Plan Anual de Inversiones (PAI) proyectó una inversión total de 1.733 millones de dólares para 2024, pero solo se han ejecutado 40 millones hasta mayo, lo que refleja una ineficaz gestión y una mala priorización de la política económica. La falta de inversión pública no solo afecta el crecimiento a corto plazo, sino que también tiene implicaciones a largo plazo, ya que la infraestructura deteriorada y la falta de desarrollo limitan la capacidad de la economía para crecer de manera sostenible.

El enfoque del Banco Central del Ecuador (BCE), aunque metodológicamente sólido en varios aspectos, presenta limitaciones significativas al intentar capturar completamente la severidad de la recesión actual. El uso de filtros como Hodrick-Prescott (HP) y Christiano-Fitzgerald (CF) ha sido útil para identificar tendencias cíclicas y puntos de giro en la economía, pero estos métodos no siempre son los más adecuados para captar las fluctuaciones causadas por shocks externos, como la pandemia de COVID-19, o por las peculiaridades de una economía dolarizada, donde la política monetaria no puede ajustarse con la misma flexibilidad que en economías con moneda propia.

Una de las principales limitaciones de los filtros HP y CF es que están diseñados para descomponer series de tiempo en componentes cíclicos y de tendencia, lo que puede llevar a una interpretación excesivamente simplificada de la realidad económica. Estos filtros asumen que los ciclos económicos son suaves y recurrentes, lo que puede no ser el caso en una economía como la ecuatoriana, que ha enfrentado choques exógenos significativos y cambios estructurales profundos.

Para mejorar la precisión y la relevancia del análisis del ciclo económico en Ecuador, se recomienda la adopción de metodologías alternativas que puedan capturar mejor las características no lineales y las transiciones abruptas entre fases económicas. Una metodología particularmente prometedora en este contexto es el modelo de Markov-Switching, desarrollado por Hamilton en 1989. Este modelo es capaz de identificar y prever cambios abruptos en el régimen económico, como la transición de una fase de expansión a una recesión, o viceversa. A diferencia de los filtros HP y CF, que tratan los ciclos como oscilaciones suaves, el modelo de Markov-Switching permite que la economía cambie entre diferentes estados o «regímenes» de manera discreta y estocástica, lo que es más realista para capturar los efectos de shocks súbitos o crisis inesperadas.

El modelo de Markov-Switching es especialmente útil en economías como la ecuatoriana, donde la dolarización y la dependencia de commodities como el petróleo hacen que los ciclos económicos estén sujetos a perturbaciones externas significativas. Este modelo puede detectar de manera más efectiva los cambios en los ciclos económicos que se derivan de factores estructurales o de políticas económicas, proporcionando una herramienta más poderosa para la formulación de políticas y la previsión económica.

Además, se podrían considerar metodologías como el análisis de componentes principales dinámico (Dynamic Principal Component Analysis, DPCA), que permite descomponer la variabilidad de una serie temporal en componentes que pueden ser interpretados como diferentes fuentes de fluctuación económica. Esta metodología puede ayudar a identificar las fuerzas subyacentes que impulsan las fluctuaciones económicas, separando, por ejemplo, los efectos de la demanda interna de los choques externos, como las variaciones en los precios del petróleo.

Incorporar estas metodologías complementarias al análisis económico del BCE permitiría una comprensión más profunda y precisa de la dinámica económica de Ecuador. Esto no solo ayudaría a diagnosticar correctamente la severidad de la recesión actual, sino también a diseñar políticas económicas más efectivas y mejor informadas para mitigar sus efectos y fomentar una recuperación más rápida y sostenible.

La recesión en Ecuador presenta un panorama complejo y desafiante para los próximos años. Las políticas de austeridad, combinadas con una gestión ineficaz de la inversión pública, han exacerbado la compleja situación económica, llevando a una contracción que podría prolongarse más allá de 2024. La Nota Técnica No. 86 del BCE sugiere que la duración de los ciclos económicos en Ecuador ha sido consistentemente de alrededor de 14 trimestres, pero la gravedad de la situación actual podría alterar este patrón, alargando la recesión y dificultando la recuperación. Es esencial que el gobierno reevalúe sus políticas económicas, adoptando medidas que promuevan el crecimiento sostenible y la justicia social. Solo con un enfoque más holístico y proactivo, que incluya el uso de metodologías más avanzadas como el modelo de Markov-Switching, se podrá tener una mejor lectura de la situación económica y mitigar el impacto de esta recesión, así también asegurar un futuro más estable para la economía ecuatoriana.

Referencias Bibliográficas

  • Banco Central del Ecuador (2024). Boletín Analítico: Ciclo Económico del Primer Trimestre de 2024.
  • Banco Central del Ecuador (2022). Proyecciones Económicas para el Período 2024-2027.
  • Ministerio de Economía y Finanzas (2024). Informe de Operaciones del PGE – Acumulado a mayo de 2023 y 2024.
  • Banco Mundial (2024). Informe sobre la Situación Económica de Ecuador.
  • Servicio de Rentas Internas (2024). Datos de Ventas y Exportaciones en el Primer Cuatrimestre de 2024.
  • Yaselga, E., & Pilacuán, G. (2024). Revelando el ciclo económico en Ecuador a través de un filtro óptimo para una economía dolarizada. Nota Técnica No. 86, Banco Central del Ecuador.
  • Hamilton, J. D. (1989). «A New Approach to the Economic Analysis of Nonstationary Time Series and the Business Cycle.» Econometrica, 57(2), 357-384.
  • La Hora (2024). Análisis del Empleo y Subempleo en Ecuador.
  • Comunicaliza (2024). Encuesta de Opinión Pública sobre la Gestión del Gobierno de Daniel Noboa.

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