Economía política

Contrarréplica al análisis de CORDES sobre los principales desafíos de la economía ecuatoriana: flexibilidad laboral.

En junio de 2025, Augusto de la Torre y José Hidalgo Pallares publicaron en las redes sociales de CORDES un escrito titulado  “Las principales debilidades del ambiente de negocios en Ecuador”. En este documento, los autores discuten lo que, según ellos, son los principales desafíos que enfrenta la economía ecuatoriana en materia fiscal, laboral, financiera y productiva. Sin embargo, sus recomendaciones son parte de la misma receta que viene proponiendo el sector empresarial desde hace décadas, está llena de contradicciones y carece de una visión profunda y pragmática de los verdaderos retos en los que Ecuador debe enfocarse dado el presente contexto internacional.

Me gustaría analizar un aspecto específico que los autores resaltan frecuentemente a lo largo del texto: la necesidad de flexibilizar el mercado laboral.

Urgencia de flexibilización laboral según CORDES

A lo largo de su texto, CORDES enfatiza que en Ecuador los salarios son demasiados altos, al igual que los costos de despidos. Según los autores, esto genera problemas de competitividad en los mercados internacionales, sobre todo cuando hay un shock externo negativo. Exactamente, mencionan lo siguiente:

Cuando un ajuste a la baja del salario real promedio es requerido por condiciones adversas que generan un exceso de oferta laboral (como las que han caracterizado el periodo post boom), este ajuste se materializa a través del movimiento de la fuerza laboral hacia la informalidad, en donde rigen salarios más bajos y flexibles. En este sentido Ecuador marca un contraste pronunciado con Colombia, Perú y Chile, países con moneda propia y política monetaria creíble, en donde el salario real promedio en dólares se ajusta a la baja cuando las circunstancias objetivas de la economía lo requieren, no por vía de la inflación ni por la de la informalidad, sino principalmente a través de la depreciación del tipo de cambio nominal”.

Este argumento se basa en la noción de devaluación interna, ya que en ausencia de política cambiaria, la supuesta única alternativa que queda es ajustar a la baja los costos laborales. Si bien es cierto que Ecuador sufre más un shock externo al no tener tipo de cambio nominal, es reduccionista proponer como solución única flexibilizar el mercado laboral para ser más “competitivos”. Además, CORDES concluye incorrectamente que las rigideces laborales impiden generar empleo formal, a diferencia de lo que, supuestamente, sucede en Colombia o Perú. Sin embargo, Perú tiene una tasa de empleo informal de 72%, superior a la de Ecuador, mientras que en Colombia supera el 50% (Figura 1). Esto supone que un mercado laboral más flexible no siempre se correlaciona con menor informalidad y demuestra que este es un fenómeno que requiere soluciones complejas e integrales, especialmente en materia productiva y crecimiento económico.

Lo que propone CORDES es una carrera hacia abajo o hacia el abismo (race to the bottom en inglés) en donde se reduzcan los costos laborales a su más mínima expresión en una competencia sin límites con nuestros países vecinos. Pero lo que el país debe anhelar es una carrera hacia arriba (race to the top) lo que implica tener una competitividad basada en innovación y diferenciación productiva. La presión por abaratar costos laborales sucede porque Ecuador exporta los mismos productos que nuestros países vecinos y otras economías en desarrollo; pero si el país exportara productos diferentes y más complejos esta necesidad se reduciría. Además, si lo que se desea es generar más empleo con salario más altos, se deben implementar políticas que incentiven al sector privado a ingresar a sectores de mayor valor agregado y complejidad donde se puedan soportar u ofrecer, por así decirlo, salarios mayores.

Figura 1. Proporción del empleo informal en el total de empleo

En porcentaje

Fuente: ILOSTAT. Elaboración: Propia.

Desafortunadamente, CORDES recomienda en su texto continuar expandiendo las mismas industrias que han resultado insuficientes para generar encadenamientos productivos y más empleo formal. CORDES sugiere:

Por último, una parte importante de las iniciativas de política pública orientadas al crecimiento debería focalizarse en sectores en los que Ecuador tiene obvias ventajas comparativas y competitivas. Pero ello no solo debe apuntar a sectores con potencial para impulsar el crecimiento del PIB (como el minero y el energético) sino también a “clusters” de actividades y a sectores que, a más de ser fuentes de crecimiento de la producción, son intensivos en la creación de empleo (como el turismo, la agricultura, y la agroindustria).”

Adicionalmente, CORDES recomienda que el salario vaya de la mano de la productividad, por lo que reformas que mejoren la productividad laboral son las que llevarán a salarios más altos, no anuncios de subidas de salarios mínimos o mayores derechos laborales. Paradójicamente, al sugerir continuar enfocándose en sectores productivos tradicionales de baja productividad (agricultura, minería y servicios), están condenando al país a un crecimiento salarial más bajo en el futuro.

En todo caso, si se quisieran implementar leyes laborales más flexibles, el país debería primero mejorar su institucionalidad y solucionar los claros problemas de economía política que existen; caso contrario, el establecimiento de contratos más flexibles podrían estar sujetos a demasiada discrecionalidad por parte de las autoridades (que pertenecen al mundo empresarial) como sucedió con el intento de regresar al trabajo por horas. En un país donde existen varias empresas que aprovechan la más mínima oportunidad para evitar garantizar derechos laborales, propuestas de flexibilizar el mercado laboral deben ser tomadas con mucho cuidado. Si bien CORDES discute en su artículo la mejora del entorno institucional como una medida general para mejorar el ambiente de negocios, la ven como algo aislado, cuando en realidad es un prerrequisito para que las medidas que ellos proponen sean algo beneficiosas y se presten a menos abusos por la clase empresarial ecuatoriana.

Reflexión

A lo largo de su análisis, CORDES (Pallares y de la Torre) continúan recomendando el mismo coctel de ajuste fiscal, flexibilidad laboral y apertura comercial como reformas “estructurales” para mejorar la economía. En esta contrarréplica se dio revisión a la propuesta de flexibilidad laboral, la cual resulta simplista e insuficiente para resolver problemas tan complejos como la informalidad y competitividad. La discusión debería centrarse en cómo aumentar sostenidamente la productividad a través de un cambio sistemático en la estructura productiva, mas no reducir salarios. Desafortunadamente, tanto CORDES como el gobierno, no consideran otras alternativas (por sus ideologías e intereses personales en el caso del presidente) y en el tiempo que viene veremos medidas encaminadas a reducir los costos y derechos laborales en Ecuador.

Referencias:

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