Competitividad, Desarrollo y producción, Dolarización y energía, Economía política

Consideraciones de los subsidios a los combustibles

Mediante Decreto Nro. 126, el Presidente Daniel Noboa dispone la eliminación del subsidio al diésel, con algunas justificaciones, particularmente la Resolución Nro. COENER-003-2025, que hace referencia a evitar el tráfico de combustibles. Esta sería la única justificación que se encontraría respaldada con datos. Por ello mismo, esperamos que se hagan públicos la mencionada Resolución y los informes que la sustentaron.

Existen argumentos para justificar esta medida, particularmente esgrimidos por algunos medios de comunicación afines al gobierno y las cámaras de comercio, aduciendo, principalmente, que es un subsidio que genera distorsiones en la economía y fomenta el contrabando. Al respecto, creo necesario añadir las siguientes consideraciones, con elementos que deberían ser comunes a toda discusión, pero que rara vez aparecen:

1. Regresar a ver a las cuentas nacionales

Las cuentas nacionales son una herramienta estadística que busca describir las relaciones entre todos los sectores de la economía. Las tablas oferta-utilización, en particular, establecen la relación entre un conjunto relativamente detallado de bienes (alrededor de 200) y las industrias en las que son producidos o utilizados (76). Yendo al caso específico del diésel, este es utilizado en directamente en 67 de estas industrias, y representa el 3% del monto utilizado por todas estas industrias en todos sus insumos.

Elaboración propia en base a Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales, Matriz de Empleo e Ingresos 2023

En términos generales, esto significa que, cuando el costo del diesel se eleva en 56% (que es el paso de USD 1,80/gl a USD 2,80/gl), las industrias enfrentan un aumento inmediato de 1,67% en sus costos. Podrá parecer menor, pero, es algo mayor a la inflación experimentada por los productores en sus costos (IPP) durante todo el último año.

Un caso particular es el de la actividad de «Transporte y Almacenamiento», en donde el diesel corresponde al 28% de sus costos, o la actividad de «Pesca y acuicultura», en donde corresponde al 13% de sus costos. Debe notarse, adicionalmente, que otro de los insumos más utilizados por casi todas las ramas de la economía es el de «Servicios de transporte de carga pesada», que se vería directamente afectado por el diésel. Esto dista absolutamente de la perspectiva de los hogares, que sólo destinan, de acuerdo con la misma matriz, el 0,5% de sus gastos al diésel.

Ciertamente habrá una compensación, establecida por el mismo gobierno. Pero esa parece más una medida parche, limitada, temporal, ineficaz.

2. Entender la economía como transformación de energía: el balance energético

El sistema económico, en último término, no es otra cosa que un mecanismo para transformar energía en formas en las que nos sean más útiles para distintos fines. Por ello, los bienes energéticos nos resultan particularmente importantes. Los combustibles y la electricidad se convierten en bienes indispensables para cualquier actividad o industria.

Fuente: Balance Energético Nacional 2024

En este sentido, el contar con combustibles es un elemento de competitividad sistémica: posibilita inversiones, posibilita producción, posibilita consumo. Más allá del precio del combustible (valor de cambio), contiene la posibilidad de generar nuevos bienes y servicios (valor de uso). Un plan razonable de reducción o eliminación de subsidio a un combustible hubiese considerado la necesidad de reemplazarlo por otro tipo de energía. En cambio, lo que tuvimos durante el último año (2024), fue que se necesitó diésel para cubrir las deficiencias de generación eléctrica.

3. Reconocer la realidad de una economía pequeña, abierta, y encima dolarizada: el efecto en la balanza de pagos

Se tiene la percepción de que el presupuesto del Estado es una bóveda de la que se va cogiendo dinero conforme se van ejecutando las obras. La realidad es un poco más compleja: no es lo mismo pagar por insumos importados que por insumos domésticos. Sin entrar en mayores detalles, que ya han sido discutidos en artículos anteriores, el utilizar presupuesto para pagar por insumos importados tiene una mayor restricción que utilizarlo para insumos domésticos.

Los combustibles, en general, tienen un alto componente doméstico debido a que somos un país petrolero, pero, se deben tomar en cuenta tres elementos, algunos más coyunturales que otros:

  1. El diésel, en particular, tiene un alto componente importado. De acuerdo con las cuentas nacionales, el 80% de la oferta total de diésel en el país (en monto) es importada (en la gasolina, ese porcentaje no llega al 3%). Por lo cual podría justificarse que se debe disminuir el uso de diésel como fuente de energía.
  2. Pero el diésel proviene de la refinación de petróleo, y Ecuador es un país petrolero, por lo que tiene sentido intentar que el diésel sea una fuente de energía ampliamente utilizada, pero acompañada de un aumento en la producción de ese diésel, es decir, con la construcción de una refinería de gran escala, que se ha venido aplazando inexplicablemente por varios años.
  3. Y el relativamente limitado diésel que producimos localmente se ha visto afectado por las paralizaciones de la refinería de Esmeraldas, cuyo principal responsable vendría a ser el mismo gobierno.
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4. El papel del FMI o los efectos perversos de la «tercerización» de la planificación nacional para el desarrollo

Finalmente, y quizás un aspecto que resume los anteriores, es que esta no es una medida que pueda entenderse dentro de un plan de desarrollo. De hecho, el Decreto Nro. 126 no incluye dentro de sus considerandos ninguna mención al Plan Nacional de Desarrollo, sus objetivos o metas, y su inclusión se hubiese visto demasiado forzada.

Pero esto no significa que no sigan un plan. Considerando las medidas adoptadas por el gobierno, incluyendo sus propuestas de preguntas para la consulta popular, no se está guiando ni por su plan de gobierno, ni por su plan de desarrollo, sino por sus compromisos con el FMI. Esta subordinación de la planificación nacional a los compromisos establecidos con un organismo de crédito multilateral resulta nociva y una prueba concreta de algo que fue criticado constantemente por los teóricos de la dependencia: los intereses de las élites locales se alinean con los intereses extranjeros en confrontación directa con los intereses nacionales. Como resumía De Prada:

Para lograr su designio, el dinero apátrida necesita líderes políticos que convenzan a las masas cretinizadas de que este horizonte infrahumano constituye su salvación. Y esos líderes políticos ya están entre nosotros.

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