Existen varias películas dedicadas al mundo de las finanzas, muchas de ellas éxitos de taquilla y clásicos del cine, pero existen otras películas que utilizan al sector financiero como un elemento más de su trama, a veces meramente tangencial, pero develando aspectos significativos de este sector.
A continuación, un listado no exhaustivo, y sin ningún orden en particular, de películas que incorporan elementos del mundo financiero en sus tramas, sin que sean su elemento central.
Este artículo, necesariamente, contendrá spoilers. La sección de comentarios está abierta para sus recomendaciones e impresiones de películas con subtramas financieros.
Pretty woman [1990]
El protagonista de la película se dedica a comprar compañías (normalmente aprovechando un embargo o una mala racha) para después venderlas al mejor postor, así sea por partes. Al final de la película el protagonista decide no vender una compañía y le propone al dueño original el establecer una sociedad. Esta evolución del personaje se convierte en un paralelo de la trama principal, en la que se pasa de la «relación» comercial con una meretriz al compromiso de una relación dispuesta a sacrificios.
A Christmas Prince: The Royal Wedding [2018]
La protagonista principal es una periodista investigativa, así que, cuando el impulso fiscal de la Casa Real no tiene ningún efecto sobre el empleo ni la producción, se dedica a investigar la razón. Descubre que todo el gasto real se destina a la contratación de una sola empresa, que, además realmente es una empresa de papel domiciliada en un paraíso fiscal.
Constituye una descripción amigable del drenaje de recursos que suponen los paraísos fiscales y la apertura a los capitales internacionales.
Trading places [1983]
En esta espectacular comedia (para hoy políticamente incorrecta, lo que es casi una característica del cine antes de los 90s), se hace referencia constante al mundo financiero: finalmente, sus dos coprotagonistas son hombres de negocios con su propia empresas de corredores de inversiones en la bolsa de valores. De forma sutil la película reitera el divorcio entre el sector financiero y el sector real, particularmente en la escena en la que Valentine describe, con respecto a los experimentados Duke & Duke, con mayor precisión la dinámica de los precios en la víspera de Navidad.
Es interesante notar la referencia a las relaciones entre el sector público y privado a través del tráfico de información privilegiada; este será un elemento fundamental para el desenlace de la película.
The grapes of wrath [1940]
Basada en el libro homónimo de John Steinbeck y dirigida por el magistral John Ford.
El viaje que hará esta familia de granjeros, atravesando Estados Unidos de América, inicia en el desarraigo por el embargo de su propiedad en plena Gran Depresión. La escena del desahucio es emblemática por su descripción, en cinco líneas, del anonimato que representan las grandes corporaciones, particularmente las grandes corporaciones financieras. Así lo describe Juan González Villa:
«Una familia recibe atónita la orden de abandonar su granja, en la que lleva viviendo 70 años. El portador de la carta es un tipo de ciudad que se dirige a ellos en tono paternalista. Él no tiene la culpa, les dice, es una decisión de la compañía propietaria de los terrenos, y una compañía «no es nadie».
– Pero esa compañía tendrá un presidente… Alguien que sepa para qué sirve una escopeta.
– Tampoco es su culpa. El banco le dice lo que tiene que hacer.
– Muy bien, pues ¿dónde está el banco?
– En Tulsa. ¿Pero qué quieres hacer allí? Ahí sólo hay un director, que no hace más que cumplir las órdenes que le dan desde el este.
– Entonces… ¿a quién le pego un tiro?
De ahí, corte a una legión de tractores Caterpillar, ejecutando el desahucio y derribando las endebles granjas de los aparceros de Oklahoma. El padre de familia amenaza con disparar al conductor del tractor, pero este, con sentido común, le dice que lo único que conseguirá es ser ahorcado, y que dos días después habrá allí otro operario para terminar el trabajo. Es inútil resistir.»
Adicionalmente, esta película fue escogida en un capítulo de «Lágrimas en la lluvia» para ilustrar el tema «El Sindicalismo».
It’s a wonderful life [1946]
Este clásico navideño de Frank Capra aborda la banca de una forma distinta. El protagonista, George Bailey, es el encargado de una compañía de empréstitos, pero caracterizado por ayudar constantemente a los demás. Su antagonista también es el dueño de otra compañía de empréstitos, y otro conjunto de negocios.
Durante la película se verán momentos en los que Bailey ayuda a todos sus vecinos, inclusive utilizando el patrimonio familiar para mantener el servicio a los clientes de la compañía. Atención llama el final, en el cual todos los vecinos, ante la desesperación de Bailey (la película se desarrolla alrededor de su intención de suicidarse), se unen para cubrir un dinero de la compañía perdido accidentalmente por el tío del protagonista.
Esta solidaridad que se presenta para mantener a flote una compañía que sirve a todos, como respuesta a la preocupación sincera del dueño por su comunidad, contrasta con el funcionamiento financiero del país, y ni decir del comportamiento de los empresarios y banqueros criollos.
Junto con Meet John Doe, Mr. Smith Goes to Washington y Mr. Deeds Goes to Town, es una de las cuatro obras «populistas» de Frank Capra.
Le confessioni [2016]
El Director del FMI se reúne con los representantes de los bancos centrales del G8 para resolver una potencial crisis peor que la de 2008, pero lleva a un monje cartujo a la reunión para tener ocasión de confesarse. Cuando el Director amanece muerto (en aparente suicidio) después de haberse confesado la noche anterior, la película se convierte en un suspenso al estilo «quién-lo-hizo». El tema financiero realmente es la excusa para reunir a los personajes en un entorno cerrado y controlado, sin embargo, tendrá pinceladas que delatan las reflexiones de los artífices de la película acerca del mundo financiero.
Lo más llamativo es tanto la concentración de poder en las autoridades financieras (un supuesto fundamental de la película) como su reacción frente a las potenciales consecuencias de sus actos.
Distante cercanía [2013]
Esta comedia negra ecuatoriana ambientada en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial cuenta la historia de un empleado bancario que, por deslumbrar a su amor platónico, se hace con Reichsmarks (marcos alemanes del gobierno nacional-socialista) bajo la ilusión de que estos serán la moneda oficial mundial después de la victoria de Adolf Hitler sobre los países aliados.
Quizás la parte más interesante para nuestros fines es cuando el protagonista utiliza los Reichsmarks en un pueblo alejado, prometiendo que esa es una moneda más cotizada que los sucres; esto le permite llegar a convertirse en el banquero y alcalde, hasta que los habitantes del pueblo quieren hacer gastos en la ciudad y los marcos alemanes no son aceptados. Es una excelente oportunidad para reflexionar acerca del papel del dinero y su dinámica.
Batman Begins [2005] y The Dark Knight [2008]
En Batman Begins es notable una de las últimas escenas, en las que Bruce Wayne devela a Earle que utilizó una red de fundaciones alrededor del mundo para hacerse con las acciones de Wayne Enterprises.
La segunda entrega de la trilogía de Batman de Nolan (Dark Knight Trilogy) contiene múltiples referencias al lado financiero del mundo del hampa. No es coincidencia que la primera secuencia sea el robo de un banco. En contraposición a los mafiosos que requieren del sigilo financiero y de los régimenes preferentes para ocultar sus fechorías (y de allí la importancia de la captura de su contador, Lau), surge un villano distinto cuya motivación no es el dinero, sino que lo desprecia hasta el punto de utilizarlo como combustible para una hoguera. Su principal arma es la locura, que no le impide, sino que le posibilita la extraordinaria minuciosidad en sus planes:
La fantasía nunca arrastra a la locura; lo que arrastra a la locura es precisamente la razón. Los poetas no se vuelven locos, pero sí los jugadores de ajedrez.
Gilbert Keith Chesterton, «Ortodoxia» (1908)
Esta obra de Nolan, The Dark Kight, se caracteriza también por su construcción del antagonista y el uso de la teoría de juegos en algunas escenas.
en Dark Knight Rises (la última de la trilogía de Batman de Nolan), los villanos en principio son financiados por «obscuros capitales», la que finalmente resulta villana, se movía camuflada en medio del mundo financiero con «inversiones ambientalistas» pero que al final eran para sus planes.
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