Antecedentes
La idea del Dinero Electrónico en el Banco Central del Ecuador no es nueva, sus orígenes se pueden rastrear a la década anterior, en el que existían dos proyectos paralelos que compartían un mismo objetivo: democratizar el acceso a servicios financieros. Uno de ellos, el proyecto de canalización de remesas de los trabajadores migrantes a través de cooperativas de ahorro y crédito, disminuyó los costos de transacción entre cooperativas y el resto de instituciones financieras del país y del exterior a través de conectarlas directamente a un servicio público llamado «Sistema de Pagos Interbancario» sin necesidad de utilizar a un banco privado como intermediario. El segundo, parte del mismo principio del anterior: facilitar a los ciudadanos la realización de transacciones entre ellos sin la necesidad de recurrir a los trámites y tarifas propias de una entidad financiera intermediaria. Este segundo proyecto es el que hoy se llama Dinero Electrónico, cuya conceptualización fue considerablemente anterior a la atención mediática más cercana. De allí parten todas las aplicaciones de política pública qe posteriormente se pudieron proponer o discutir.
Ventajas
La gran ventaja del dinero electrónico, tal y como funciona y estuvo planteado desde el Banco Central del Ecuador, es su absoluta simplicidad de acceso: no requiere acceso a internet, ni saldo de voz, tampoco requiere ningún depósito inicial, ni aplicativos ni acceso a tecnologías excluyentes, ni tampoco uso previo de ningún servicio financiero, sólo requiere un teléfono celular conectado a alguna de las operadoras a nivel nacional y tener la cédula de ciudadanía a mano. Cualquier condición adicional que se pueda solicitar para apertura de cuentas de dinero electrónico constituye un retroceso en términos de acceso al servicio.
Adicionalmente, sus tarifas son tremendamente competitivas: al no requerir de un intermediario financiero (recordemos que las instituciones financieras realizan las transferencias entre sí a través del Banco Central) y contar con un número potencial de usuarios mucho mayor, sus costos son mucho más bajos.
Finalmente, las posibilidades de que su información sea utilizada con fines comerciales es infinitamente menor, lo que lo convierte en una herramienta mucho más segura.
Preguntas frecuentes
Desde la concepción del dinero electrónico, hasta el momento, se han presentado todo tipo de inquietudes. Aquí una muestra:
¿Cuál es el respaldo del dinero electrónico?
El dinero electrónico es un medio de pago, semejante a una tarjeta de débito o cheque. No es una nueva moneda. Por tanto, se encuentra respaldado 100% por dólares de los Estados Unidos de América u oro de las Reservas Internacionales del Banco Central del Ecuador (Art. 5 de la Resolución Nro. 274-2016-M de la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera ).

* Obligaciones del sistema financiero: “Caja OSD” como porcentaje de Depósitos a la vista y Cuasidinero
Aquí cabe mencionar que, por otro lado, los depósitos en los bancos privados cuentan con respaldo de menos del 5%.
¿Por qué el dinero electrónico no es aceptado en el exterior?
Normalmente se pretende argumentar que el dinero electrónico carece de validez porque no es factible realizar una transferencia a un celular en el exterior.
Sin embargo, esto es confundir la validez de un medio de pago con sus limitaciones tecnológicas. El dinero electrónico funciona en todo el Ecuador porque todas las operadoras celulares del Ecuador son partícipes, pero ninguna operadora en el exterior lo es. De hecho, estas mismas limitaciones se observan con cualquier otro medio de pago: los bancos requieren de corresponsales en el exterior para realizar transferencias al extranjero, sus tarjetas de débito funcionan sólo en los cajeros que tengan convenios con sus aliado estratégico internacional, entre otros.
Por otro lado, sí se pueden recibir remesas desde el extranjero directamente en dinero electrónico, demostrando que la limitación es tecnológica, no de respaldo.
¿El dinero electrónico fomenta la corrupción?
La respuesta es que definitivamente no, más bien la evita.
Al ser un sistema electrónico, es perfectamente trazable, es decir, todas las transferencias generan un registro automático de remitente y receptor, por lo que es fácil investigar el origen y el destinatario de cada una de las transferencias.
Por el contrario, el dinero en efectivo (y el bitcoin o similares) son los medios de pago preferidos para actividades ilícitas como el contrabando, el lavado de activo, la trata de personas o las redes de pornografía.
¿No se está vulnerando la privacidad?
No, aunque toda la información está ahí, es manejada por la plataforma automáticamente y se procura la mínima intervención de seres humanos.
Las leyes vigentes de protección de datos estadísticos y los protocolos implementados por el Banco Central permiten asegurar que la información de las transacciones en dinero electrónico no será utilizada por terceros, y para uso del BCE siempre estará agregada.
Por otro lado, lo que sorprende es que no emerjan estas dudas de la información de uso de transferencias por internet, tarjetas de débito, tarjetas de crédito, historial crediticio o correos electrónicos.
Pero estando en el Banco Central, ¿no se corre el riesgo de emisión inorgánica? ¿Cómo alguien dijo, no es como ponerle al alcohólico a cuidar las botellas?
En moneda fiduciaria, como es el caso del dólar, no existe tal fenómeno como la “emisión inorgánica”, sólo puede existir la falsificación de moneda. En todo caso, si quisiera tipificarse una “emisión inorgánica”, los primeros responsables de ello serían todas las entidades financieras del planeta, incluyendo las ecuatorianas.
Con respecto a la metáfora del alcohólico, históricamente ha sido al revés.
- Las grandes emisiones de la banca central en el mundo no se dan ni para salarios ni para salud ni para educación, sino para actuar como prestamistas de última instancia para bancos privados,
- El mayor riesgo de la banca central no es la provisión de medios de pago, sino el que sus autoridades puedan estar vinculadas con bancos privados.
En la historia un poco menos reciente, cuando los bancos se encontraron sin una entidad central que controlara sus pagos y sus emisiones, la emisión monetaria y la represión a ciudadanos fueron insostenibles (así sucedieron episodios como las “cruces sobre el agua” en noviembre de 1922, que culminaron con la Revolución Juliana de 9 de julio de 1925).
¿Es factible que se obligue a usar dinero electrónico?
No, eso no es viable en el corto y mediano plazo; en Noruega ya se prohíbe la circulación de dinero físico, pero porque el 98% de la población hace sus transacciones con dinero móvil o tarjetas de débito.
No es conveniente, y en el mediano plazo no es factible obligar a utilizar un único medio de pago. De hecho, todas las declaraciones gubernamentales apuntalan al uso de los medios electrónicos privados también.
Como referencia, por otro lado, todos los servidores públicos y muchos empleados privados sí se encuentran obligados a abrir cuentas en instituciones financieras privadas.
Nota: artículo basado en la presentación «El Dinero Electrónico en el Ecuador: Perspectivas desde un ciudadano medianamente informado»
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