La pandemia del COVID 19 golpea duramente a la sociedad global, sin distinguir clase social o tipo de empresa, color de piel o ubicación hemisférica, país desarrollado o en vías de desarrollo, prestamista o deudor, chulquero o mecenas. La globalización económica cae a pedazos, fronteras cerradas, comercio internacional a la baja, libertades restringidas, vivencia de una depresión profunda, el dinero no sirve para salvar vidas.
La igualdad democrática tenemos ante la enfermedad más no ante la salud. Los abusos eternos de los que tienen, se revierten contra éstos y no como efecto de leyes convencionales sino de las naturales. La codicia que al parecer era infinita e interminable ha llegado a su fin, igual que la producción de bienes inservibles ha sido parada por la naturaleza. La enfermedad del consumo ha tenido como remedio otra enfermedad. No podemos visitar los mercados alienantes y la contaminación mental baja.
Morimos por la enfermedad, pero no por la falta de empleo o ingresos. Esto nos enfrenta a problemas pero no a la muerte. Los grandes financistas que nos tenían encarcelados en sus deudas son los que empiezan a morir, producto de su propio veneno, el dinero.
Tasas de usura aplicadas a los préstamos bancarios, que en el caso de una economía dolarizada como la de Ecuador, alcanzaron al 200% en la primera década de este siglo, y actualmente alcanzarían 50 y 60% (intereses más comisiones y servicios), no son posible de pago, lo que revierte el efecto. Esto significa, que las víctimas de la usura simplemente no pueden pagar y el efecto golpea a los codiciosos banqueros.
Las obscenas ganancias que obtenían los banqueros, empiezan a reducirse en todos los casos (50% menos en relación al 2019) y en los más ambiciosos enfermos, que cobraban las más altas tasas de interés, empiezan a perder. La codicia ha roto el saco de estos banqueros.
Seis meses de COVID 19 ha bastado, al sistema financiero, para demostrarle que los intocables son frágiles y que todas sus perversiones tienen un costo. Según los datos del primer semestre del 2020, dos bancos del sistema arrojan pérdidas, mientras que la totalidad de pequeños (11 de los 24) están con el agua al cuello, preveyéndose una debacle al final del año, si consideramos que la recesión prevista alcanzará un PIB de -11% según lo afirma el FMI.
La banca no tiene la posibilidad de revertir la tendencia, pués nunca ha sido un aporte al crecimiento o desarrollo, sino todo lo contrario. La banca profundizará la recesión, porque utilizará o expropiará recursos públicos o privados, como ya lo hizo en 1999. No obstante, la desaparición de muchos de ellos será beneficioso para la sociedad. Otros bancos seguirán sobreviviendo gracias al lavado de activos y a la nueva conformación gubernamental, que alienta y sostiene el ilícito. Es importante prever la situación, para que el dinero en la banca, no sea expropiado o robado.
GANANCIAS/ PERDIDAS A JUNIO
EN MILLONES DE DÓLARES
BANCOSAÑOS | Pichincha | Guayaquil | Solidario | Litoral | Capital | Del Bank | TOTAL |
2019 | 62.1 | 38.4 | 8.1 | 0.1 | 1.1 | 0.2 | 295.5 |
2020 | 32.2 | 8.5 | 4.3 | 0.4 | – 1.1 | – 0.4 | 141.2 |
Luis Torres Rodríguez