El día de hoy, desde la dirección comunicado@bancopichincha.com.ec a través de la empresa chilena de difusión masiva MasterBase, el Banco Pichincha envió el siguiente correo no solicitado (con errores ortográficos incluidos) a centenas de miles de clientes en todo el País.
Desgargue ya Banca Movil y encontrémonos! (sic)
La clara intención de este correo masivo – que viola la política de comunicación con sus clientes del Banco – es aprovechar la atención mediática al «traspaso» del dinero electrónico a los bancos privados y capitalizar en número de usuarios. Busca simular que la banca ya está ofreciendo el servicio de dinero electrónico. O confundir al consumidor: como si el Banco fue muy eficiente en aplicar la nueva ley que permite a los bancos ofrecer el servicio de dinero electrónico.
Sin embargo, como lo hemos mencionado en este Observatorio, el Banco Pichincha ya ofrece el servicio de Banca Móvil desde hace una década. Comenzó ofreciendo el servicio por SMS. Intentó ofrecerlo con GSM Kit, sin éxito. Y desde hace algunos años, cuenta con una aplicación para smartphones, sin éxito.
La ley que «traspasa» el dinero electrónico a la banca aún no está vigente, no ha sido publicada en el Registro Oficial. Esto confirma que la banca ya podía haber ofrecido medios de pago electrónicos – como de hecho lo hacía y lo hace – sin ningún cambio legal.
El Banco Pichincha, con su circular, solo busca que sus clientes descarguen la aplicación y la empiecen a usar. Medida desde los objetivos de política pública, esto no logra aumentar la bancarización (son los mismos clientes ya existentes con una nueva aplicación) y repite los mismos errores en la relación tecnología-sociedad: se requiere un smartphone, con lo que excluye a amplios (aunque decrecientes) segmentos de la sociedad; se requiere una conexión y servicio de datos (lo que implica también negocio para las operadoras móviles) que significa una exclusión adicional; se requieren nuevas contraseñas o identificación biométrica (lo que aleja al usuario no sofisticado).
En términos del servicio Banca Móvil promocionado de manera masiva, se evidencia que las transferencias que se hacen a otros clientes del mismo Banco Pichincha 1) son gratuitas, 2) no requieren incluir la cédula, 3) se hacen en tiempo corto (>20 minutos) y 4) no se compensan ni liquidan en el Banco Central. Si uno busca realizar una transferencia a una cuenta de un cliente en otro banco 1) cuesta 0.45 dólares (+IVA), 2) debo incluir la cédula y otros datos de identificación, 3) se demoran horas o días en efectivizarse y 4) se compensan en BANRED o Banco Central y se liquidan en el Banco Central.
Si comparamos este servicio con el de Dinero Electrónico del Banco Central: 1) son gratuitas indistinto del banco u operadora telefónica del ciudadano, 2) solo se requiere el número telefónico del ciudadano – que ya está grabado en el celular del usuario y no se requiere molestar al receptor ni el número de cuenta (que muy pocos memorizan) ni su cédula o RUC -, 3) se cursan en tiempo real, aún sin tener plan de datos ni saldo en el teléfono y 4) se liquidan en el Banco Central.
La diferencia de tarifas según a qué banco se transfiera el dinero (0 dólares dentro del Banco Pichincha y 0.50 dólares fuera del Banco Pichincha) genera el efecto club. Así se denomina al fenómeno en teoría de redes. Es un típico mecanismo para profundizar el poder de mercado – los monopolios –. Esto se refleja en el día a día de los ecuatorianos cuando todavía te preguntan si tienes celular «Rojo» o «Azul» y cuando tienen dos (o más) teléfonos para no «cruzarse» clubes y ahorrar unos dólares.
Hace varios años, el Banco Pichincha y la operadora telefónica Claro (antes Porta, América Móvil – CONECEL) se unieron para ofrecer un dinero móvil que profundice el efecto club. Incluso, lo llamaron «MONY», en clara alusión al término «dinero» en inglés – money -. Luego siguieron con «Mi Vecino» y «Mi Efectivo». En su momento, el Banco Central y la Junta Bancaria impidieron que el club monopolio MONY se cristalice. Ayer, la banca privada logró matar al dinero electrónico estatal, abierto e interoperable.

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Posdata.- Este mensaje masivo recuerda a los correos electrónicos masivos que enviaron los cuatro bancos privados más grandes del País en noviembre de 2012, de forma concertada. Según la sanción impuesta por la Superintendencia de Bancos en ese entonces, las cartas «podían resultar confusos o podrían generar reacciones o interpretaciones adversas con consecuencias irreparables, en detrimento del interés público». Ese correo no solicitado, entonces enviado por pichincha-xerox.com, buscaba incidir en una reforma tributaria que afectaba a la banca, podía haber generado corrida de depósitos.
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2 comentarios en “Banco Pichincha envía spam: ofrece banca móvil como si fuera nuevo”