Economía política

Bases normativas e institucionales para la gestión de la liquidez en dolarización (segunda entrega: algunos conceptos clave)

Manejando la liquidez de manera expansiva y redistributiva

En el primer texto de esta serie, presenté y discutí las tempranas bases conceptuales para un manejo diferente y productivo de la liquidez en el Ecuador, mismas que se discutieron y se plasmaron más de una década atrás en el primer Plan de Gobierno de Alianza PAIS y, con mayor detalle, en los primeros Planes de Desarrollo de la Revolución Ciudadana. Antes de explorar varias normas y políticas que considero fundamentales para entender cómo se ha gestionado la liquidez en la dolarizada economía ecuatoriana (y, por supuesto, sus límites y temas pendientes), es importante hacer una pausa para discutir ciertos conceptos (1). Así mismo, trataré de referirme de la manera más amigable a ciertos términos que utilizan con frecuencia los economistas y que es fundamental que sean comprendidos y de acceso de un público más amplio. Hablo, por ejemplo, del mismo concepto de liquidez o de los famosos «agregados monetarios«. El lector o lectora dirá si he cumplido con este cometido al final del post.

La gestión de la liquidez monetaria es un elemento clave del modelo económico de la Economía del Buen Vivir y en ese sentido es necesario poner ciertos conceptos sobre la mesa y discutirlos. Si nos preguntamos: ¿qué hacer para gestionar la liquidez en la dolarizada economía ecuatoriana? no encontraremos detalladas pistas sobre ello en la Constitución y los instrumentos de planificación. Sin embargo, debo decir que el tema ha formado parte de rigurosas discusiones y decisiones dentro del frente económico del Gobierno Nacional en la última década.

Por un lado, la economía del Ecuador requiere que haya suficiente liquidez para que las personas y actores económicos del país puedan realizar sus operaciones. De tal forma, para que haya mayor desarrollo de las actividades económicas se necesita que haya más liquidez disponible en la economía. Pero a la vez, un modelo económico que cree en la redistribución requiere que esa liquidez no se concentre en pocas manos y se reparta de manera más justa. Con estas consideraciones, la gestión de la liquidez debe manejarse de dos formas: gestionando los niveles de liquidez en la economía y, por otra parte, redistribuyendo la liquidez disponible.

La Económica Monetaria analiza la disponibilidad de liquidez a través de agregados monetarios. Estos agregados dan cuenta de la oferta o la disponibilidad de dinero en una economía dada. En realidad, dentro de los agregados monetarios no solamente hay dinero (en efectivo) sino que también se incorporan diferentes tipos de activos que se consideran en función de su liquidez (2). El primer agregado monetario es el denominado M1 que incluye, primeramente, a los billetes y monedas en circulación. Es decir, el dinero que está en las manos de la gente. En el Ecuador circulan billetes y monedas de dólares de los EEUU. Así mismo, circulan una menor cantidad de monedas acuñadas por el Banco Central del Ecuador y Dinero Electrónico (medio de pago que, a la fecha de publicación de este texto, ha sido eliminado como competencia privativa para el Banco Central). En estos dos últimos casos, estos medios de pago de altísima liquidez cuentan con un respaldo de 1 a 1 en billetes o monedas de dólares de los EEUU u oro monetario. De tal manera, su circulación no genera lo que se denomina emisión primaria o inorgánica de dinero. Al estar respaldados 1 a 1 o al 100% (es decir, detrás de ellos hay siempre dólares físicos y oro monetario), a pesar de su altísima liquidez, fungen básicamente como medios de pago denominados en dólares. El M1 también incluye los depósitos a la vista de las personas (cuentas corrientes y de ahorros) cuyos recursos se pueden retirar fácilmente en dólares físicos u otros medios de pago (cheques, transferencias interbancarias, etc.). El siguiente agregado monetario se denomina M2 que incluye al M1 más el denominado cuasi-dinero que corresponde a los depósitos a plazo que, si bien no tienen liquidez inmediata, pueden hacerse líquidos fácilmente para gestión de medios de pago y demandas del público. El M2 es la medida de liquidez monetaria total en una economía.

Entonces, cuando decimos que es necesario que haya suficiente liquidez o que es necesario que la liquidez se redistribuya, en términos de agregados monetarios nos referimos al M2. En economías con moneda propia, la expansión del M2 se puede hacer fácilmente, aunque no únicamente, a través de la impresión de dinero. Esta es la emisión inorgánica o emisión primaria que fue referida anteriormente y que es competencia de los bancos centrales en países con moneda propia. Por supuesto, no puede hacerse de manera ilimitada debido al impacto que la política monetaria expansiva tiene sobre la inflación y el tipo de cambio. En nuestro caso, sin moneda propia, el uso de la Reserva Internacional y la gestión de sus adecuados niveles (expandirlos o contraerlos) se vuelve el eje de la gestión de la liquidez desde la política monetaria. Pero así mismo, el manejo de la liquidez debe procurar que esta se distribuya de mejor manera dentro del propio M2 (gestión redistributiva de la liquidez). En otras palabras, la liquidez debe hacerse más disponible para quienes históricamente han estado excluidos del acceso a recursos del sistema financiero.

Teniendo en cuenta estos elementos sobre el manejo de la liquidez, expansiva y redistributiva, se debe leer el conjunto de entregas por venir y, más allá de ello, los efectos de las decisiones de política económica sobre la liquidez de la economía.

Notas

(1) Las ideas que se recogen en este post se alimentan de valiosas discusiones mantenidas sobre el tema con el economista ecuatoriano y amigo, Mateo Villalba. Por supuesto, los planteamientos aquí expuestos son de exclusiva responsabilidad de mi persona.

(2) En este caso particular, “liquidez” se refiere a la capacidad de un activo de transformarse rápidamente en dinero en efectivo. De tal manera, un activo puede ser más líquido que otro. No debe confundirse esta concepción de liquidez con la que se ha venido y se seguirá utilizando en estos textos: liquidez como disponibilidad de recursos en una economía. Ambas concepciones conviven.

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