De acuerdo con los datos del Banco Central del Ecuador, el primer semestre de este año terminó con un déficit comercial no petrolero de USD 2077 millones. Esto significa que los recursos nacionales se está utilizando para comprar bienes en el exterior: un riesgo para la liquidez interna.
Ciertamente, las exportaciones no petroleras han crecido (4,3%), pero las importaciones han crecido muchísimo más (15,8%), y más en bienes de consumo (25%) que en materias primas (8,1%) o bienes de capital (20,2%), de tal forma que son más del 39% de nuestras importaciones no petroleras.
Aunque el grueso de las importaciones proviene de Estados Unidos y la Unión Europea, llama la atención el crecimiento de las importaciones procedentes de regímenes reconocidos por su poco riguroso tratamiento fiscal (contra el cual el Ecuador ya se pronunció). Por ejemplo, las importaciones desde Panamá aumentaron un 88%, y las importaciones desde Bélgica y Luxemburgo aumentaron un 80%.
[Habrá que esperar un poco para saber qué bienes estamos importando, porque las estadísticas detalladas sólo se encuentran disponibles hasta diciembre de 2017.]
¿Y cómo pagamos estos bienes importados? Tómese en cuenta que aún no nos metemos en la aventura del TLC con Estados Unidos, ni hemos ingresado a la Alianza del Pacífico, ni se han reactivado los TBIs. Empieza a cobrar fuerza la posibilidad de que el Ecuador no pueda hacer frente a sus obligaciones internacionales y se vea forzado a salir de la dolarización.
Ante una situación así, desde nuestra perspectiva, llama la atención una posición pro-importadora del Ministro de Comercio Exterior, con su consecuente retiro voluntario de una medida de control (junto con la destitución de la autoridad correspondiente), su acercamiento a regímenes tributarios laxos (junto con la destitución de la autoridad del Servicio de Rentas Internas) o los beneficios de la Ley Trole 3 hacia la fuga de capitales.
Las autoridades del país parecen, como buenos liberales, «dejan hacer, dejan pasar». No reaccionan con medida alguna. Es más, se han encargado de auto-mutilarse herramientas. Cuando en 2015 nos encontramos con una situación similar, se reaccionó prontamente con una salvaguardia por balanza de pagos.
¿Cuáles son entonces las perspectivas para el país? Diagnóstico reservado.
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