Balanza de pagos, Divisas, Economía política

Alternativa a las reglas macrofiscales dogmáticas de la Trole 3

La Trole 3 propone una regla fiscal dogmática, totalmente caduca. Ordena a la Asamblea que no puede aprobar presupuesto con déficit primario. Esto quiere decir que el Presupuesto del Estado solo puede incurrir en déficit (más gastos que ingresos) si es para el pago de intereses de la deuda. Esto ya fue discutido aquí. En la versión del segundo informe, se permite un déficit limitado solo si existe decrecimiento durante 3 trimestres consecutivos.

En un régimen de dolarización, el problema fiscal es un problema cuando el dinero creado (deuda interna) sale del circuito interno. O cuando no se generan suficientes ingresos de divisas para pagar la deuda externa. Este problema se debe afrontar en el corto plazo, en el mediano plazo y en el largo plazo.

En el corto plazo, se lo hace mediante la tesorería. En el mediano plazo, mediante el presupuesto y en el largo plazo mediante la planificación.

La planificación sirve para medir si nuevos proyectos van a generar rendimientos positivos en términos de generación de rentas (impuestos, regalías, exportaciones). En el más largo plazo, inversiones en salud, educación, ciencia y tecnología contribuyen a mejorar la productividad y la consecuente generación de rentas.

El presupuesto nos dice si los ingresos previstos cubrirán los gastos previstos. Y si no lo hacen, cómo debemos cubrir este déficit.

La tesorería revisa la liquidez disponible cada día, programa las entradas y salidas y busca cubrir los pagos y mantener colchones razonables para pagos más grandes que se avecinen.

El gran problema de las finanzas públicas ecuatorianas es que aún no se adaptaron a la dolarización. Me refiero a una adaptación contable, de tesorería, presupuestaria y programática.

La tesorería no diferencia entre pagos al exterior (proveedores extranjeros) o al interior (proveedores nacionales y salarios). Simplemente mira el monto total al pagar y cursa la transferencia. Pero cuando llega el pedido al Banco Central, si es un pago interno, no se modifica la reserva internacional (el dinero sigue en el país). Si es un pago al exterior, se reduce la reserva internacional (el dinero sale del país) y se empiezan a generar los problemas. También se generan problemas si el proveedor interno, al recibir su dinero, lo transfiere al exterior.

Por esta razón, tesorería debería solicitar a presupuesto que diferencie los gastos domésticos de los gastos externos. Así como se diferencia el servicio de la deuda interna del servicio de la deuda externa, debe diferenciarse el presupuesto interno del presupuesto externo. Y dentro del presupuesto interno, debe estimarse (o regularse) el componente interno y el componente externo. Esto quiere decir que si le pago a un constructor, debe comprar una mayor parte de sus insumos en el Ecuador y no en el exterior.

Esto llevará a que la planificación busque optimizar explícitamente la sostenibilidad del presupuesto externo y minimizar el componente externo del presupuesto interno. Esto arrojará cuáles son los proyectos más convenientes para el país en términos de desarrollo pero bajo la rigidez de la dolarización.

Bajo este marco analítico, propongo que la regla fiscal dogmática de superávit primario anual permanente se modifique por lo siguiente:

  1. Presupuesto General del Estado contablemente separado en presupuesto interno y presupuesto externo (divisas)
  2. Superávit primario del presupuesto externo (divisas) anual
  3. Exclusión de la deuda interna del límite de endeudamiento y posibilitar que BCE adquiera títulos del Estado
  4. Nuevo endeudamiento externo solo si su servicio está identificado en presupuesto externo en un horizonte temporal cuatrienal.

Esto contribuirá a fortalecer la sostenibilidad de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la cuenta corriente de la balanza de pagos y por ende, la dolarización.