Cuando un país exporta bienes, hay un flujo físico de materia que sale de dicho país para llegar a otro. Los términos de intercambio biofísicos perjudican a los países del Sur. Importamos bienes manufacturados, muy intensivos en trabajo y conocimiento. Exportamos bienes primarios, exportamos naturaleza. Mucha. Quiénes compran, transportan y transforman esa naturaleza son las transnacionales petroleras, mineras y del agronegocio. Extractivismo.
Pero aún así, nos alegramos cuando nuestra exportaciones son mayores a las importaciones, medidas en terminos monetarios. Porque uno de los supuestos de la exportación es el quid pro quo que viene con ello. Por cada exportación nos deberían llegar dólares.
Pero la verdad es que por la subfacturación de las exportaciones, al Sur no llegan todos los dólares producto de la exportación. Muchos se quedan en cuentas secretas de bancos offshore en paraísos fiscales. La ex ministra María Elsa Viteri dijo que $2000 millones anuales por el exportación de banano no ingresan al Ecuador gracias a manipulaciones contables que rayan en el fraude. Eso es otro tipo de extractivismo.
Pero además, del dinero que sí ingresa a los países del Sur, muchas veces es pésimamente distribuido. En América Latina, el continente más desigual, la liquidez se concentra en pocas manos. Y esas pocas manos, que muchas veces son las manos del capital transnacional y otras tantas las manos de las élites económicas nacionales, extraen los pocos dólares y los colocan en cuentas secretas en bancos offshore en paraísos fiscales – principalmente en Miami, Estados Unidos -.
A veces los países del Sur incentivan la inversión e invitan a la banca extranjera para «bajar las tasas» pero la experiencia demuestra que así como las transnacionales petroleras y mineras llegan para supuestamente invertir, lo que hacen es extraer. En el caso de la banca extranjera, hoy también con apodos como fondos de inversión o private equity, extrae dólares. No deja ningún valor agregado, no aporta con ninguna transferencia de conocimiento, destruye empleo y profundiza la dependencia.
Basta con ver la hecatombe argentina de las últimas semanas para entender que la fuga de capitales – de las élites nacionales y de la banca transnacional – se encuentra inmersa en un proceso más profundo: el extractivismo financiero.
Comparto plenamente lo analizado.
Faltaria el afan desmedido de lo de afuera en desmedro de la produccion nacional y todos queremos la dolarización. Si fueramos. Consecuentes. Deberiamos poner nuestro granito de arena por preferir lo nuestro y de esa forma lograr obtener una balanza comercial favorable.
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Reblogueó esto en Plataforma "Va por ti Ecuador"y comentado:
Importante reflexión del Economista Andrés Aráuz del Observatorio de la Dolarización ¿Realmente es beneficioso para Ecuador un aumento de las exportaciones en todos los casos?
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